Con motivo del Día del Seminario, que en nuestra Diócesis hemos celebrado este domingo 17 de marzo, hemos recibido la visita de un seminarista de cuarto curso. Parecía una visita pastoral del obispo como la que celebramos hace un año, porque "Val" ha pasado de martes a domingo con nosotros, encontrándose con los grupos de la parroquia. Incluso estuvo en el Instituto Julio Verne dando su testimonio a los alumnos de Religión. Ha podido conocer los grupos de niños, adolescentes y jóvenes. Hemos podido escuchar su sencillo testimonio de fe y entrega al Señor: nos ha contado que se vino de Guatemala hace dos lustros para rehacer su vida aquí, pero sus planes no eran precisamente los de Dios. Fue la necesidad de recibir la Confirmación lo que le acercó a la Catedral de Getafe; de ahí pasó a dedicar todo su tiempo al servicio de la catedral, y unos años más tarde, al seminario. Los caminos de Dios, que no son los nuestros. Y como tantas veces pasa, detrás de ese corazón sacerdotal, una madre santa que le acompaña con su ejemplo y sus oraciones. Ha sido una gracia de Dios su presencia entre nosotros. Pedimos a Dios que dentro de unos años sea un santo y feliz sacerdote y felicitamos a todos los seminaristas que el martes, día de San José, celebran a su santo patrón.
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