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Foto del escritorIgnacio Torres

¡Y se fue... pero no!

¡Qué ilusión que, en este año Santo, nos visite la Virgen!. Normalmente somos nosotros los que le visitamos a Ella, pero en este caso fue al revés.

Mientras José Luis (hijo) dirigía los actos litúrgicos en honor a Nuestra Señora de Butarque con motivo de su visita a nuestra parroquia, su padre escribía una carta a la Virgen que mostramos en este momento:

¡PERMÍTEME!



Carta a la imagen de Nuestra Señora de Butarque

"Permíteme que te tutee; porque, aunque una imagen eres, respeto mereces. Además, el usted, si bien es un tratamiento respetuoso, también es distante; y ahora que estás aquí, que has venido a nuestra parroquia, no deseo alejarte. Por cierto, ya que estamos solos en el templo, permíteme que te diga la “guerra” que has dado; porque, días antes de tu visita, estábamos enfrascados en una farragosa vorágine de ideas confusas e inconexas: qué preparar para recibirte, qué hacer para engalanar el templo. Sencillez y hecho por nosotros. Esos eran dos únicos axiomas de los que no podríamos escapar.

Sencillez, porque tu naturaleza es humilde, cercana, sutil; hecho por nosotros, porque cuán fácil es comprar algo y ponerlo, pero que desprendimiento de afecto al hacerlo. Esto me hace recordar las veces que he tenido una visita poco deseada en casa, les he ofrecido una lata de mejillones y las buenas tardes. No, no pienses eso, no tengo ninguna lata de mejillones para ti. Nosotros hemos hecho algo discreto, pero lo hemos realizado nosotros. Todo ello me hace pensar en un buen cocinero; sí, ya sé que nada tiene que ver contigo, pero permíteme que lo vea de esta manera. ¿Qué gozo es mayor para un cocinero, el ver a los comensales saboreando el plato preparado por él, o elaborando dicho plato? Así pues, ¿cuál ha sido nuestro gozo mayor: haber preparado tu visita o deleitarnos con ella?... Sé que, probablemente, habrá quien piense que el resultado de nuestras reuniones para preparar tu recibimiento, ha dado poco fruto; pero tú sabes, y ves desde tu trono, que siempre hay quienes hablan mucho y hacen poco, que siempre somos los mismos dando el callo. Pero así de imperfectos son los humanos; muchos son los que te piden, y pocos los que te dan; muchos son los que se dan golpes en el pecho, pero pocos los que arriman el hombro.

Siempre me causa admiración la devoción que arrastras, más que un partido de fútbol; ya, ya, el fútbol no es lo tuyo; pero permíteme que me explique. Después del partido, no todos salen contentos: unos han ganado, están alegres; otros han perdido, están tristes; y, en caso de empate, todos muestran resignación. Los que vienen a verte salen llenos de satisfacción, esperanzados, vivos; y su alegría dura más que una jornada deportiva. Llegan, se arrodillan delante de ti y rezan, oran en silencio; tal vez descarguen sobre tus hombros sus problemas, o quizás se encomienden a ti y pidan por ellos, por sus familias. Tendrás una larga lista de peticiones, supongo: salud, trabajo, amistad, amor, que gane mi equipo (comprendo que a esta no le hagas caso). En cuanto a esto último, que ganara el C. D. Leganés después de visitar el campo de fútbol mi amigo Pablo (párroco de nuestra parroquia, en la que ahora estás) y consiguiera mantenerse en primera no es cosa tuya ¿verdad?

Sí, somos muy pedigüeños. Que qué me dices a esto: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Sí. ¡Cuánta razón tienes! Deseamos en exceso, lo queremos todo de la manera más fácil y rápida, sin sacrificarnos, sin esforzarnos: “deseo adelgazar”, y tú dirás: “mujer, tendrás que andar un poco”; “deseo subir las escaleras sin asfixiarme”, y tú dirás: “hombre, tendrás que dejar de fumar”; “deseo publicar un libro”, y tú dirás: “ya, pero deberás ponerte a escribir”… “No es suficiente con pedir, no vale sólo con desear; sino que también hay esforzarse, agarrar el “mazo” y ponerse a trabajar; para obtener resultados no basta con anhelarlos, hay que trabajarlos”.Ya. Llevas razón.


También deberás tener una larga hilera de los que te piden perdón. Es que, qué complejas somos las personas, henchidas de envidias, odios, rencores, avaricias, soberbias, errores… Y tú pensarás: “¿no es más fácil reflexionar, meditar antes de lanzarse al atropello, al desenfreno, al traspié, al insulto, a la crítica; no es más sencillo callar que vociferar?”. No, yo tampoco entiendo porqué lo hacemos. Sin embargo, así somos; después te rogamos el perdón y tú perdonas: “Yo te perdono, ¿y la persona a la que has agraviado, no vas a decirle nada?”. Tienes razón, pero, entre tú y yo, sin que se entere nadie, permíteme que te diga qué difícil es pedir perdón de corazón a quien has ofendido; se te agarra el nervio en el estómago y… “Los errores de unos, los pagan otros”. De nuevo, vuelves a tener razón.

En fin, has venido a visitarnos y has colmado de alegría a los feligreses de esta parroquia de Santa Beatriz de Silva que la han llenado, se han postrado a tus pies y han tenido la ocasión de orar cerca de ti, de pedirte perdón, de pedir tus dádivas.

Y ahora que estamos solos, permíteme que te pida… ¡vaya!, soy otro pedigüeño. Bueno, mejor no voy a pedirte nada; sólo voy a mirarte y ver cómo me sonríes".

José Luis Atalaya Serna


  • Todo eran preparativos para la ocasión. De un modo sencillo, nuestra parroquia se engalanaba de AZUL bajo el lema: Si La miras te sonríe.


  • El 16 de septiembre, sábado, la imágen se presentó ocultamente (como es la Virgen siempre tan sencilla) y bajo la protección de su Asociación y Camareras. Y se instaló, no antes de rendirle culto a su Hijo Crucificado.


A las 12 horas la recibimos públicamente con el rezo del ángelus y la presentación a toda la parroquia.








  • Después de la misa, se expuso solemnemente el Santísimo e hicimos (a voluntad) la consagración a María. Un grupo numeroso de la parroquia, llevábamos tiempo preparándonos para la ocasión. De todo el acto se encargó José Luis Atalaya hijo.

El domingo 17 tuvimos la misa solemne a las 12 horas.



  • Después de la misa entregamos, en agradecimiento a la Asociación de Nuestra Señora de Butarque por el Año Santo, una carta de felicitación del Señor del Gran Poder de Sevilla que mandaba el Rector D. Borja Medina:

  • Y un cuadro de la imágen. Esto fue gracias a la visita que hicimos los jóvenes de la parroquia a Sevilla en el Año de la Misericordia y a nuestro párroco D. Pablo Fernández que es hermano de la Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. Fue un modo de expresar plásticamente el encuentro de la Madre con su Hijo.

Todos los días de la semana en que estuvo la imágen con nosotros, rezábamos el Santo Rosario y el jueves 21, después de cada misterio, hicimos una ofrenda floral por grupos de la parroquia.

Un acto muy bonito, fue cuando se le impuso la medalla de la Asociación a Santa Beatriz de Silva, que luego Ella "entregaría" a Nuestra Inmaculada que desde entonces luce a manos de su ángel.


Y se fue.... PERO NO!


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